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Al-Magrib

"Cuando puedo ir, mi alma huye al desierto y se extiende sobre la arena... caliente"

Solo un soñador es capaz de capturar imágenes que inviten a soñar y de trascender lo que se empeñan en captar nuestras retinas, doblegando al más engañoso de los sentidos. De aprisionar cada instante con la paciencia de un cirujano y la ilusión de un niño.

 

La fotografía documental de Oscar Cárdenas es grotesca, pero humana. Violenta, pero tranquila, Salvaje, pero cotidiana. Puro «realismo mágico», que diría Cortazar.

 

Autor de numerosas colecciones, en su trabajo documental reverbera como un eco la influencia de la cultura oriental, sobre la que vuelve una y otra vez sin terminar de alejarse nunca.

 

La medina es un paraíso de luz y adobe. Una selva urbana detenida en el tiempo, ajena al bullicio de las nuevas tecnologías, en la que lo cotidiano se vuelve aventura y el exotismo se diluye hasta convertirse en parte de la vida.

 

Oscar Cárdenas se aventura en el Marruecos más profundo y salvaje en busca de una realidad difuminada, que no por ordinaria deja de ser fascinante. El diseño imposible de la medina y la pintoresca disposición de sus calles y edificios hacen el resto, confiriéndole un aire misterioso y mágico capturado en una serie de fotografías de una veracidad imposible.

 

Bienvenidos a la medina. Bienvenidos a la vida.

 

Benito Olmo



 

Mi pasión por Marruecos

 

Marruecos ha sido muy importante en mi vida. Mi padre, José Mª Cárdenas prestó servicio militar en Sidi Ifni en el año 1961. Los recuerdos quedan plasmados en una colección de fotografías donde no faltan amistades, serpientes ni camellos.

 

Con 14 años, después de la escuela solía ir al taller de carpintería que tenía mi tío Manuel de Arias, que a la vez de enseñarme el oficio me contaba historias sobre su infancia en El Jadida y sobre Meknes  y Larache.



Ya de adulto tuve la suerte de tener a dos amigos como compañeros de trabajo, y en el año 2003 viajé por primera vez a Marruecos y pude sentir el aire del continente africano. Larache, Fes, el manantial de Sidi Harazem, Ifrane, Midelt, Erfoud, Rissani, Valle del Dadés y Marrakech fueron algunos de los lugares que visité por primera vez.



En 2008 regresé en dos ocasiones Marruecos. La primera de ellas en motocicleta, realizando más de 3.500 kilómetros, por lo que las sensaciones fueron mayores y pude conocer otros maravillosos lugares: Gargantas del Todra, Aït Benhaddou, Tizi n´Tichka, Source Bleue de Meski, Sources de Oum er Rbia, Meknes, Ouarzazate, Xauen, y el Erg Chebbi desde Merzouga.



La segunda fue mas tranquila pero fascinante a la vez, visitando lugares en los alrededores de Fes.



La última vez que estuve en Marruecos fue en 2012, centrado en la Medina de Marrakech y visitando el Valle Ourika y Asilah, conociendo gente agradable y hospitalaria, y recogiendo buen material fotográfico.

Aún no tengo intención de dejar de visitar Marruecos, pero de momento no sé cuando será la próxima vez.



Óscar Cárdenas

Óscar Cárdenas

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